miércoles, 24 de junio de 2015

¡Que no vuele junio sin mí!


Imágenes de esta mañana, no una como cualquier otra , una de esas que te premian con el más exquisito regalo a cambio de la contemplación de lo que pasa a nuestro alrededor. Son simples pero entrañables imágenes tomadas cual avistaje ornitológico desde una precaria situación de recién levantada.
Pero esto es sólo el principio.

*En sintonía va esta banda Of Monsters and Men My head is an animal





Desde la primavera, en Dílar, tuve la visita diaria de una vecina parlanchina e insistidora, bella y amigable: una urraca . Le contesto, trato de aprender su voz de matraca y dicen que ellas pueden aprender sonidos nuestros y reconocer personas que ven habitualmente.


Dicen que son las aves más inteligentes del mundo, que esconden frutos bajo tierra para el invierno, que tienen la misma pareja hasta la muerte y que a menudo la especie no prospera porque hay otro pájaro, el críalo, que haciendo honor a su nombre, parasita con sus huevos el nido de la urraca; esas crías nacen primero que los de la urraca y esta abandona sus huevos.
Pero hoy no he leído nada sobre la urraca ,lo he visto con mis ojos: mi amiga me ha presentado a su polluelo, orgullosa de haber logrado otro ciclo de la vida. Allí estaban desayunando y felices.
Y yo pletórica !



Polluelo de un junio que no se irá sin llevárselo alborotando su cielo azul.










Cuando pensamos acerca de la crisis en la que estamos metidos podemos no ver más allá de nuestro cubículo vital o podemos mirar un poco más allá de la ventana, ver a los vecinos, el entorno.



La naturaleza no está en crisis, no tiene tiempo, las semillas en mi jardín siguen germinando, mi hija creciendo, 
mis mascotas a su oficio de vivir y la urraca sigue poniendo huevos y criando polluelos propios y ajenos.

¡Click y Ubuntu!

* referencia a "El bosque habitado", programa fundamental para mí,  de Radio 3 .

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